Abajo El Cid, gloria nacional de nostálgicos que, pese a defender la España Oficiaal una leyenda de él como héroe nacional (y más concretamente de Castilla) o cruzado en favor de la Reconquista, a lo largo de su vida se puso a las órdenes de diferentes caudillos, tanto cristianos como musulmanes, luchando realmente como su propio amo y por su propio beneficio, por lo que el retrato que de él hacen numerosos historiadores, para decepción de algunos, es similar al de un mercenario, un soldado profesional, que presta sus servicios a cambio de una paga.