Cuando menos te lo esperas compruebas que el camino te tiene reservadas sorpresas para ver como reaccionas. Detrás mio venía un carro tirado por un caballo y sin dudarlo, obviamente no era la primera vez que lo hacía, lo ha atravesado sin pararse siquiera. Y aunque en principio se me ha pasado por la cabeza eso de que "si el caballo pasa, mi burra también", he optado por aquello de un paso atrás a tiempo puede ser una victoria", he echado mano de Google-Maps y por caminos paralelos he podido continuar. Y he llegado al objetivo. Ayamonte por la marisma.