Estamos observando cómo la ambición programática del nuevo Gobierno es directamente proporcional a la virulencia de los enemigos declarados en su contra.
Los planes fiscales, laborales, feministas, laicos y medioambientales, además de la propuesta de diálogo para solucionar los conflictos territoriales, que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias presentaron en su acuerdo programático van a crear otra coalición enfrente: la de tantos poderes económicos, políticos, religiosos y mediáticos que están hoy muy incómodos ante estas reformas.
No se van a quedar de brazos cruzados y la resistencia va a ser descomunal. Va a ser la oposición más descarnada de las que hasta ahora hemos conocido en la reciente historia democrática.
Y no caben ambivalencias ni medias tintas. O se facilita el gobierno, o se obstaculiza. Y va a ser muy importante ver dónde queda cada uno, incluidos nuestro vecino, el mediático presidente cántabro de las anchoas y su equipo. O se apoya la constitución del gobierno, abstención incluída, o contra él. Cada uno verá lo que mejor le conviene.
Los planes fiscales, laborales, feministas, laicos y medioambientales, además de la propuesta de diálogo para solucionar los conflictos territoriales, que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias presentaron en su acuerdo programático van a crear otra coalición enfrente: la de tantos poderes económicos, políticos, religiosos y mediáticos que están hoy muy incómodos ante estas reformas.
No se van a quedar de brazos cruzados y la resistencia va a ser descomunal. Va a ser la oposición más descarnada de las que hasta ahora hemos conocido en la reciente historia democrática.
Y no caben ambivalencias ni medias tintas. O se facilita el gobierno, o se obstaculiza. Y va a ser muy importante ver dónde queda cada uno, incluidos nuestro vecino, el mediático presidente cántabro de las anchoas y su equipo. O se apoya la constitución del gobierno, abstención incluída, o contra él. Cada uno verá lo que mejor le conviene.