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viernes, 23 de febrero de 2024

Eso no es rezar, sino acosar. No son plegarias
sino amenaza, coacción y señalamiento.

 Esta semana el departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya prohibió a los antiabortistas rezar delante de las clínicas. De hecho, en España ya lo prohíbe el Código Penal desde 2022, otra cosa es que se aplique. 
 
El quid de la cuestión está en la oración, y, en el caso de las clínicas para la interrupción del embarazo, es de importación norteamericana. La gente que reza siempre parece gente de respeto. Un grupo humano en actitud de orar se nos aparece como lo contrario del mal. 

La imagen de la policía arrastrando a una joven o un anciano obstinados en seguir de rodillas aferrados a su rosario no resulta cómoda en nuestra sociedad. 

"¿A quién pueden hacer daño nuestras oraciones?", preguntan ellos. Pero esa pregunta esconde su trampa. Porque lo que hace esa gente no es rezar, sino acosar. Lo que representan ante las clínicas abortistas no es plegaria sino amenaza, coacción y señalamiento