Biden ha abandonado porque no consiguió revertir la percepción de que no era el candidato que recordábamos, porque el candidato republicano se ha cresido y -a la vez- parece más Trump que nunca y porque la coalición política y cívica a su alrededor se había resquebrajado irreparablemente. En una "democracia basada en el dinero", la caída de donaciones individuales y de grandes donantes han sido un clavo en el ataúd político de Biden.
Y ahora el Partido debe ser capaz de atraer a votantes moderados y restablecer el vínculo profundo con las comunidades afro e hispanas.
Un nosotros y nosotras coral, juvenil, activista, movilizador, una gran batalla cultural que acompañe una propuesta programática revitalizada. Esto no lo gana el Partido, lo ganan los demócratas y progresistas unidos, activados y energizados. Una campaña en la que cada progresista y demócrata de los Estados Unidos siente que es la campaña de su vida, el momento político más importante de su trayectoria ciudadana y que pueda responder con una energía combativa única y excepcional a la gran pregunta americana: “No pienses qué puede hacer tu país por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tú país” (John F. Kennedy)
Joe Biden y Kamala Harris, el 29 de mayo en un mitin en Filadelfia (Pensilvania).SHAWN THEW (EFE) https://elpais.com/us/2024-07-21/todavia-es-posible.html |