El apagón informático de este viernes debe dar pie a varias reflexiones.
Lo viví directamente, y créanme, acojona ver la incapacidad de los trabajadores/as, de sanidad en mi caso, de realizar su trabajo a pesar de toda la buena voluntad que pongan.
Reflexiones sobre el tema:
-La dependencia global de casi toda la comunidad "mundial" de un simple y minúsculo puñado de empresas.
-Windows 10, problemas -Windows 11, no.
La idea de que solo si estás a la última con nosotros te puedes librar de los peligros de la vida, acojona. O pagas o caos.
-El viernes, en plena semana laboral, meten un parche sin contrastar. ¿Necios? ¿Prepotentes? ¿Malintencionados?
-Nos lo presentan como un "involuntario fallo humano"
que no paso los filtros previos de la IA.
¿Es que acaso nos están preparando para que no tomemos decisiones simplemente humanas?
-Durante las "horas dramáticas", vimos que hay que crear procedimientos alternativos sustitutorios de "lápiz y papel".
-La infraestructura tecnológica global del planeta carece de un organismo que analice los fallos de los sistemas, se responsabilice de ellos y actúe en estos casos con instrucciones claras y previamente consensuadas.
En fin, la actualización de un programa de una sola empresa no puede llevar a medio mundo a una especie de edad media digital.
La "libertad de mercado" versus los intereses de la ciudadanía que están por encima de las grandes empresas y que deberían tener algún defensor internacional con poderes ejecutivos.