Francia, cansada por años de atentados, fracturas sociales y tras unas elecciones que pudo ganar la extrema derecha, envía un mensaje al mundo de universalismo, tolerancia y algo de modestia.
Una ceremonia como esta es la manera que tiene un país de presentarse al mundo y explicar qué es y sobre todo, qué quiere ser. Y la Francia que centenares de miles de telespectadores han visto este viernes es una Francia que dice al mundo: “Lo mejor de Francia es universal. Lo mejor se nutre de lo de fuera y es una mezcla de culturas y gentes. Lo mejor nunca se deja encerrar ni en la identidad ni en el tópico”.
Y la guinda final, que captó la atención del mundo fue la innovadora llama olímpica, que rindió homenaje a la historia francesa mientras miraba hacia el futuro.