No tengo puñeteras ganas de que Abascal sea vicepresidente,
me da igual que me digan "botifler" o "mamporrero".

jueves, 11 de diciembre de 2025

Europa debe rechazar las críticas de Trump
sobre su debilidad y decadencia.


Las duras críticas que Donald Trump ha lanzado contra la Unión Europea, a la que considera «débil», «decadente» y encaminada hacia «la desaparición de su civilización», han resonado con fuerza en los despachos de sus líderes. Ahora hace falta que teman más la erosión interna de la Unión, que la debilita inexorablemente, que la erosión de la tradicional alianza transatlántica, que al día de hoy está cuando menos, totalmente desconfigurada.

El canciller alemán, Friedrich Merz, es el que ha respondido con más contundencia. Afirmó que tanto las palabras de Trump como la Estrategia de Seguridad Nacional delineada por su Administración subrayan la necesidad de que Europa «sea mucho más independiente» de la superpotencia americana. Merz rechaza los comentarios sobre el sistema político. «No veo ninguna necesidad de que los americanos vengan a salvar nuestra democracia. Si hiciese falta, podríamos hacerlo nosotros solos», espetó el líder alemán. Y eso es lo que de alguna manera tienen que empezar a pensar. En definir una línea y una estrategia encaminada o la no dependencia, le guste o no al supuesto autonombrado emperador americano.

En el mismo sentido, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, pidió a Trump que no se inmiscuya en los asuntos de la UE. «Respetamos la decisión de los estadounidenses cuando le eligieron a él, y ellos deben respetar las decisiones democráticas de nuestros ciudadanos». Así debería ser, pero no oculta su interés en poner en los gobiernos europeos a títeres estilo Abascal que le rían las gracias.