Eitan es un joven alemán nacido en una familia judía religiosa. Su padre David nació en Israel y emigró cuando tenía siete años con su padre Etgar y su madre Léah. Cuando David tiene más o menos diez años, Léah le pide el divorcio a su marido y se va de Berlín dejando a David en un profundo sentimiento de abandono. A la edad de 25 años, David se casa con una judía de Alemania del Este con la que tendrá a Eitan. Veintidós años más tarde, Eitan se va de Alemania a Estados Unidos para llevar a cabo su tesis doctoral. Se enamora de una joven americana de origen marroquí, Wahida, estudiante de historia. Durante el Pessah, la familia de Eitan deciden visitarle y Eitan quiere presentarles a Wahida pero su padre reacciona de manera muy violenta y rechaza a la joven por su origen árabe.

La leyenda persa del pájaro-anfibio vertebra esa vibración en Todos pájaros: es un ave al que le crecen branquias porque sueña con nadar con peces. Mouawad utiliza esta metáfora para abordar el conflicto palestino-israelí a través de la historia de una pareja en la que confluyen dos mundos opuestos, como en el pájaro-anfibio: un judío alemán y una árabe estadounidense.
La feliz historia de amor que inician en Nueva York, en principio ajena al rencor que se profesan los pueblos de sus antepasados, se ve finalmente arrollada por ese contexto y el peso de sus respectivos orígenes cuando viajan juntos a Jerusalén y una bomba estalla en su camino.
Ahí está la clave de la tragedia: los enamorados proclaman que el dolor y el odio no se transmiten con los genes, pero finalmente terminan arrastrados por esa herencia.
En cualquier caso, la obra termina haciéndose un pelín larga, pudiéndose contar toda la historia con menos minutaje.