Fernando Llorente, jugador internacional del Athletic, aseguró ayer que "no le importaría" jugar con España en San Mamés. "Desde luego que no. Yo estoy encantado de jugar con la selección cuando me llaman y me da igual el campo, la verdad". El campo le da igual, la denominación (recordar el año pasado), no..
Llorente, tal como nos recuerdan en EL PAIS, vivió una situación estrambótica hace un año cuando firmó el manifiesto rubricado por todos los jugadores del Athletic en contra de jugar con la selección vasca bajo el nombre de "selección de Euskadi" y apelando al de "selección de Euskal Herria", más acorde con el diccionario de Batasuna. Oficialmente, los jugadores consiguieron frustrar el tradicional partido de Navidad por un asunto semanántico-político que ahora se trata de recuperar.
Al día siguiente de aquel estúpido plante, sin embargo, y para desconsuelo de los "creídos aficionados pro-EH", posó orgulloso con la camisola de España cuando Vicente del Bosque le convocó para el partido amistoso frente a Chile. Eso sí, sin preguntar ni preocuparse de si se iba a llamar España, Estado español o Reino de Iberia. Ahora espera impaciente regresar a las convocatorias de La Roja para participar en el Mundial de Suráfrica 2010. Eso es ser consecuente, chaval.
Y en relación a los organizadores del partido anual de la selección vasca, parece ser que están dispuestos a batir el record de estupidez del año pasado. Si en el 2008 se discutió el nombre, este año, y por aquello de "por la paz un ave maría", algunos dicen que estan dispuestos a ceder y a no llamarse ni de una manera ni de otra, y a consensuar la brillante idea de "Euskal selekzioa". Cuando uno cree que se ha llegado al colmo de la ridiculez, siempre hay alguien dispuesto a batir el record.