El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

viernes, 29 de octubre de 2010

Hasta siempre, Marcelino

Se llamaba Marcelino Camacho Abad, tenía 92 años y era un buen tipo, un sujeto decente, un hombre honrado.
La gente de mi generación creció sentimental y políticamente entre las entradas y salidas de Marcelino, el obrero de la Perkins, de la cárcel de Carabanchel y los jerseis de punto gordo y cuello alto que le tejía Josefina para que no pasara frío en el talego. Perteneció a una generación de comunistas que valoraba la libertad, quizá porque se la jugaba y la perdía casi a diario.

Condenado a veinte años en el Proceso 1001, que comenzó el mismo 20 de diciembre de 1973, en el que ETA asesinó a Carrero Blanco, salió a la calle en uno de los primeros ensayos de aministía política del presidente Suárez. Fue elegido diputado en el Congreso en las listas del PCE el 15 de junio de 1977 y el 14 de octubre del mismo año fue el portavoz del Grupo Comunista y la estrella del debate sobre la Ley de Amnistía, que se votó y aprobó  al día siguiente con la abstención de Alianza Popular. 

Así comienza un post que recomiendo leer y que lo podéis hacer en el blog de Santiago González