Se celebra hoy una fiesta nacional que algunos celebramos, simplemente, porque nos dan fiesta. No nos gusta el simbolismo que año tras año se representa en este día.
En España, Fiesta Nacional y ejercito, con cabra incluida, es una pareja dificilmente separable, por lo que a los que todavía recordamos aquella canción "Cuando la Fiesta Nacional yo me quedo en la cama igual, pues la música militar nunca me supo levantar", nos resulta poco estimulante la "fiestuqui", carísima por cierto, que se montan en los madriles.
Pero si la fiesta nacional relacionada con el ejercito, las conquistas o invasiones militares, nunca me han excitado especialmente, las relacionadas con festividades religiosas (Resurrecciones, etc ...) tampoco me parecen en pleno siglo XXI las que mejor pueden servir de elemento vertebrador de una sociedad que ha asumido un laicismo democrático.
Conclusión: Partir de antiguas tradiciones y asumir la posibilidad de renovar y fortalecer nuevos acuerdos sociales más amplios debería de ser un objetivo de todos.