Si Zapatero y Rajoy vuelven a enfrentarse en las elecciones generales para disputar la presidencia del Gobierno, me recordarán al 'clinch' de boxeo. Un 'clinch' en el asalto número doce, el último, entre dos boxeadores de los pesos máximos en baja forma, muy desgastados, que se abrazan para no caerse y ganar tiempo y que no pretenden ya sumar puntos sino llegar al final sin que les resten ninguno.
Zapatero, el que ostenta el título, está muy desgastado por la larga crisis económica, una política errática, la impropia reforma laboral y algunos lugartenientes que brillan tanto como el gris plomo -en el muy divertido libro 'Mil millones de mejillones', el autor, mi amigo Fernando Trías de Bes, tiene la aterradora ocurrencia de que Leire Pajín llega a presidir el Gobierno-. Pero Rajoy, el aspirante, no menos desgastado, y sin haber llegado nunca al poder -importante matiz-, se enfrenta además a esa ley política no escrita -o sí; no sé- que augura a quien ha perdido dos elecciones seguidas que perderá una tercera. A cambio, parece que no sufrirá la desventaja de que la corrupción genere el castigo de los votantes del PP; aunque puede que la envergadura y la dimensión procesal del 'caso Gürtel' establezcan la excepción.
Creo que quien cambie de candidato, y lo haga con acierto, ganará las elecciones. Según mi criterio, Pérez Rubalcaba sería el idóneo para el PSOE y tiene talla política y personal para ser un buen presidente. Para el PP quizá Ruiz Gallardón o Rato.
Recogido de clinch-20101006