Un año más la guía telefónica en la puerta de casa. Hace ya más de diez años que vivo en esta casa: ni una sola vez hemos llegado a consultar la guía telefónica, ni siquiera a extraerla de su envoltorio plástico, y no recuerdo haberlo hecho tampoco en ningún otro sitio: la guía telefónica es un anacronismo total, una imagen del pasado, una operación editorial de enorme magnitud, un gasto descomunal en papel, y un desarrollo logístico de coste inimaginable para servir a un propósito que en un porcentaje cada vez más elevado de hogares carece completamente de justificación.
Recogido del blog de Enrique Dans.