Juanjo Alvarez escribía la semana pasada en El Correo que, las divergentes posiciones políticas en nuestro país (constitucionalistas, nacionalistas, independentistas, soberanistas y federalistas, entre otras) atomizan las alternativas para encauzar definitivamente el denominado ‘caso vasco’, y por ello resulta preciso definir los futuros escenarios posibles de desarrollo de nuestro autogobierno, que podrían contemplar, al menos teóricamente, alguna de estas cinco posibilidades:
1) La involución del propio sistema, no descartable si llegasen a triunfar tesis centralizadoras que reducen todo el problema territorial a la crítica basada en la redundancia estéril e ineficaz de administraciones.
2) El raíl de la continuidad: es decir, seguir con el ‘café para todos’ y con la improvisación como motor de construcción del sistema, sin atajar ni abordar el verdadero problema latente.
3) Desarrollar elementos y estructuras federalizantes del Estado, a través de un federalismo simétrico.
4) El reconocimiento político y constitucional explícito de una democracia plurinacional, un amplio autogobierno y una participación en los asuntos estatales anclada en la idea de bilateralidad.
5) La secesión o independencia.