Más de un tercio de los votos que el PP obtuvo en 2011 abandonaron el barco el pasado 20 de diciembre y la corrupción fue el principal motivo de esa deserción.
El mantra sobre la fidelidad del electorado de derechas se vio entonces seriamente puesto en cuestión.
Esa tendencia podría prolongarse al 26 de junio.
No se sabe quién ha desvelado las irregularidades fiscales de José María Aznar, pero quien haya sido ha hecho un gran daño al PP. Porque el argumento de que el sistema obliga a cumplir a todo el mundo que ha aducido el gobierno no contrarresta la indignación que la noticia ha producido.
La corrupción va a ser de nuevo un tema central de la campaña electoral, incluso con bastante más fuerza que en la anterior. Ha subido de golpe muchos grados la intensidad de la indignación ciudadana, cuando eso ya no se creía posible y cuando los partidos implicados de uno u otro modo en la corrupción creían que eso era ya agua pasada.
El impacto político de los escándalos desde diciembre hasta hoy debería alterar el abanico político. Pero sinceramente, no estoy tan convencido.