Si hoy Pablo no "endereza" su política, aumentarán las posibilidades de que repitamos en las urnas, y si no espabilamos, de que Rajoy siga en La Moncloa, probablemente apoyado por los naranjas ( lo empiezan a apuntar las encuestas).
Lo vestirán de pacto regenerador. Pero la realidad será imparable. Habrá caras nuevas... y mandarán los de siempre. Y seguro que más pronto que tarde se las arreglarán para encontrar salidas airosas a los amigos y colegas que ahora parecen acorralados por sus pecados fiscales.
Y los partidos progresistas intentarán vendernos la moto, desde la oposición, de que si se les vota a ellos trabajarían por el cambio, un cambio que hoy se puede dar, pequeño pero bastante simbólico, y que parece que se muestran incapaces de hacerlo realidad.