La foto es de El Correo. |
La verdad es que creo que se ha comentado poco la entrevista que Jordi le hizo a Otegi en La Sexta hace ya nueve días. Me sorprendió muchisimo y me decepcionó más el presumible candidato de la izquierda radical nacionalista vasca. Algunos de sus comentarios y/o afirmaciones fueron bastante lamentables, como la de que estuvo en la playa la tarde en que asesinaron a Miguel Angel Blanco.
Y como dice Luis Alegre en El País, Jordi empleó el tono perfecto para que Otegi se sintiera, más o menos, cómodo y descubriera, sin complejos, sus miserias: la siniestra ambigüedad, el patético victimismo, la ridícula fragilidad intelectual, política y moral, la empatía impostada o la impermeabilidad, apenas camuflada, al dolor de los que, por no pensar como él, han sufrido lo insufrible.
Escalofriante cinismo, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro. Teatro, puro teatro. Me pareció un pobre diablo, un tipo con una mirada completamente retorcida sobre el mundo, alguien que, en algún instante de su vida, metió la pata hasta el fondo, ya no fue capaz de sacarla y nunca va a reparar del todo en su infinita torpeza.