Yo entiendo que tras tantos meses negando el pan y la sal al "Gobierno corrupto, dañino e ineficaz" de Rajoy, permitirle ahora seguir en La Moncloa gracias a una abstención socialista en la votación es para ellos difícil de explicar a sus votantes.
Pero la verdad es que no acabo de entenderles. Se aferran al 'no' como el naúfrago al salvavidas, con la particularidad de que su tenaz negativa más bien les hunde que les salva en lo personal.
Y ensombrece aún más la imagen, que en estos momentos ya no era precisamente luminosa, de su partido, ofreciendo una perspectiva de división interna; que es, por cierto, lo que más castigan los electores.
Menos mal, lo digo por ellos mismos, que no tienen que pasar por una repetición de las elecciones (repetición que hubiese sido inevitable si la postura negativista hubiese triunfado), porque más de uno se hubiese quedado sin el escaño, asiento muy confortable con la que está cayendo fuera del hemiciclo.