elpais.com/elpais/2016/10/04/opinion de Sandra León |
El PSOE que resulte de esta crisis no puede diluirse en la suma de sus partes. Y tendrá dificultades para crecer si su proyecto político se convierte en un PSOA, a imagen y semejanza del de la federación andaluza. ¿Qué riesgos puede suponer para el PSOE que el proceso esté dirigido por los aparatos regionales?
El primero es que el proyecto político nacional del partido sea el simple resultado de la suma de sus partes. La propia división interna sobre si abstenerse o no en la votación de investidura responde a esa dinámica, pues las divergencias se explican por la relación específica que los socialistas han establecido con Podemos en cada región.
El segundo es que la definición de la cuestión territorial en el proyecto político del PSOE acabe sujeta a las preferencias de las federaciones más poderosas, especialmente la de Andalucía. El modelo andaluz ha sido largamente exitoso en las autonómicas y ha contribuido a amortiguar la caída del partido en las generales. Pero será insuficiente si el PSOE aspira a representar a una ciudadanía que tiene una visión crecientemente diversa del modelo territorial y a recuperar apoyos en las regiones donde el votante de izquierdas se ha vuelto más autonomista.