eldiario.es/politica/ |
España es país de barones, aquí jauntxos, y sus partidos no hacen sino reproducir esa genética que nos ha costado y cuesta tener ni más ni menos que al país en precariedad permanente.
“Debacle”, “batacazo” y hasta “menuda hostia, Pedro” se ha dicho y podría decirse del resultado del PSOE en Galicia y Euskadi. Dejarse casi la mitad de los escaños en Euskadi y pasar a tercera fuerza política en Galicia no podría calificarse de otro modo… y van cuatro a contar desde diciembre de 2015. Habría que recordar que hasta Fraga dimitió como presidente de su partido como consecuencia de los resultados de unas elecciones vascas.
Mal, realmente Pedro Sánchez lo tenía muy mal porque, desde que llegó a la secretaría general, no ha visto otra cosa que una constante sangría de votantes que deciden irse a derecha, izquierda o a ninguna parte, no votar. Y sus barones, esos que chupan poder en sus territorios locales y necesitan ciertos acuerdos con las gaviotas, le han hecho la vida imposible desde el principio.
La principal contienda electoral de Pedro sanchez no era con el PP o las mareas en Galicia o el PNV o Bildu en Euskadi, sino con el PSOE en las baronías que esperaban un resultado como el producido para comenzar el proceso de desmontaje del escenario que esas mismas baronías construyeron en 2015 creyendo que el tal Sánchez tenía unos hilos colgando de los brazos y las piernas para que ellos movieran el muñeco.
Era urgente quitarlo de en medio y evitar como sea que se agarre a ese último tablón que queda por ahí, en medio del naufragio. De momento parece que el PSOE (sector PRISA) ha ganado estas elecciones y que es lo más seguro que el partido conseguirá restablecer su constitución de baronías.
¡Lástima!