El debate no es si Cospedal seguirá como número dos del Partido Popular. Tampoco si habrá primarias para renovar a los cargos, ni si se permitirá el voto de conciencia ni cuál es la posición del partido ante la maternidad subrogada.
No. El debate es si la figura del logo del Partido Popular es un charrán o una gaviota. Sobre este asunto los militantes han presentado un apreciable número de enmiendas que se han planteado en el debate sobre los Estatutos de partidos. La Ley de Partidos les obliga a definir el logo de la formación.
El dibujo o logo es muy claro. Tan claro como su política anticorrupción.