A veces hay que sembrar fuegos. A menudo hace falta recorrer un terrible camino para llegar a uno mismo. Una mujer acaba de morir y hoy abre la puerta a su silencio y a sus secretos. Deja a sus gemelos un traje de tela verde, un cuaderno rojo y dos sobres que son como dos cajas de Pandora de las que surgen males y maravillas, y cuyo contenido les va a arrastrar a una fabulosa odisea, hacia un continente lejano, hacia un pasado desconocido, hacia un segundo nacer.
Wajdi Mouawad, el autor, es un incendiario, un despertador de conciencias y corazones. Libanés de origen, francés de formación, montrealés de adopción, prende fuego a todas las banderas y descubre mundos fascinantes que han hechizado a Mario Gas, otro incendiario del teatro. Si a su maestría en la dirección añadimos un reparto de lujo encabezado por Nuria Espert y Ramón Barea, el fuego está encendido.