A la presidenta del PP madrileño ya no le queda reputación que defender, porque ha mentido de forma reiterada, con caracter chulesco y y despreciativo, sobre su nivel académico en un caso evidente de trato de favor en una universidad pública.
Y como dice Iñigo Sáenz de Ugarte, Cristina Cifuentes ha concluido su metamorfosis en Esperanza Aguirre en un tiempo récord.