Si de verdad se creyesen lo que firman habría bastado con la discreción y con una nota escueta:
«Perdón. Hemos causado muchas víctimas, hemos metido la pata. Teníamos que haber hecho lo mismo que hicieron otros excompañeros nuestros hace años. Condenamos nuestra triste historia».
Mientras, seguirán conviviendo comunicados y recibimientos estelares a ex presos. Siguen siendo, por desgracia, compatibles. (P. Salaburu)