en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

domingo, 22 de abril de 2018

ETA y la religión católica

El estilo adoptado por esta ETA agónica, tal como nos relata A. Elorza en El Correo de ayer, nos remite al campo de la religión, en el sentido del análisis ofrecido ya hace tiempo por la investigadora Izaskun Sáenz de la Fuente, explicando que nos encontrábamos ante una «religión de sustitución», comparable –añadimos– en sus efectos a la del yihadismo. 

Una determinada doctrina política o religiosa, en este caso mediante una transferencia de sacralidad operada a partir de una concepción militante –y martiriológica– del catolicismo, legitima el salto dado por el nacionalismo sabiniano desde una doctrina de odio a España hasta desembocar en una práctica del exterminio sistemático del «enemigo». Concepto este asimismo incorporado obsesivamente al arsenal de ideas de raíz religiosa en nuestro país.


A modo de ejemplo, hay muchos, variados y terribles a lo largo de la historia, en el claustro verde de Santa Maria Novella, en Florencia, la magnífica exaltación de la orden dominicana, obra de Andrea Bonaiuto, con una construcción arquitectónica, consolidada, donde los santos de la orden atizan a sus miembros, representados por perros blanquinegros, uniformados al modo de las camisolas de los equipos de fútbol, para que se lancen sobre herejes e infieles.