El Primero de Mayo es una jornada contra la indiferencia.
Es ese día luminoso y alegre en el que nadie dice:
"Así son las cosas" o "qué le vamos a hacer".
No nació para eso el 1 de mayo sino para desmentir,
en las calles y en nuestra vida cotidiana,
al tiempo que renacen la vida y las ganas de compartir,
todas las trampas cotidianas de la resignación y del individualismo.
Es ese día luminoso y alegre en el que nadie dice:
"Así son las cosas" o "qué le vamos a hacer".
No nació para eso el 1 de mayo sino para desmentir,
en las calles y en nuestra vida cotidiana,
al tiempo que renacen la vida y las ganas de compartir,
todas las trampas cotidianas de la resignación y del individualismo.
Poner en valor lo conseguido es esencial, pero también lo es
continuar con la tarea y hacer frente a los nuevos retos.
Esos retos, como puede comprobarse, son muy numerosos,
para superarlos necesitamos la agrupación
de los trabajadores y trabajadoras de este país
de los jóvenes, de los menos jóvenes y de las personas jubiladas.
de los jóvenes, de los menos jóvenes y de las personas jubiladas.
En la calle y en nuestra vida cotidiana, este Primero de Mayo,
es un buen momento para mostrar nuestra decisión de no rendirnos.
es un buen momento para mostrar nuestra decisión de no rendirnos.