Dinero, personalismo, carreras políticas,
excesivo apego a las marcas propias,
algún "ex amado lider"
no dispuesto a desaparecer del todo,
segundos puestos alarmados ante el "y de lo mio, ¿qué?",
mezclados y vividos con la tensión del tiempo que pasa,
llevan a lo que llevan.