El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

domingo, 15 de mayo de 2022

Todos hablan en nombre del mismo dios,
pero bendicen la guerra y a los suyos
sin que se les caiga la cara de verguenza.

La Iglesia que se "creó" a principios del s.IV con el objetivo de mantener una unidad "político/ideológica" al norte del "Mare Nostrum" sigue evolucionando como una máquina perfemente engrasada.

Si al principio su actividad fundamental fue el conseguir "eliminar" a la posible "oposición", algo que sin duda lo consiguió, posteriormente, y dada la diferente "evolución" de los paises "controlados", se fue dividiendo de manera ordenada para mantener su poder claramente entrelazado con el poder político local.

Comenzaron con la división entre oriente y occidente, católicos y ortodoxos, surgió la división con los protestantes del norte de Europa, con Enrique VIII, deseoso de ser además de lider político, tambien intermediario entre Dios y sus siervos, para que nadie en su entorno dudase del dedo divino y de la indiscutibilidad de sus mandatos.

Y estos días vemos cómo se adapta la iglesia a los gobiernos con los que se relaciona. Una guerra como la actual ha permitido que veamos como la iglesia ortodoxa rusa bendice a Putin, y la misma, pero ucraniana, al gobierno de su Estado. 

Y no pasa nada. Todos hablan, aparentemente, en nombre del mismo dios, pero bendicen a enemigos en guerra sin que, aparentemente, se les caiga la cara de verguenza.

El negocio sigue estando asegurado.