Pues, sencillamente, a reivindicarse a sí mismo, a demostrar que hace lo que quiere, a disfrutar del club náutico de Sanxenxo y a hacer daño a la actual casa real y al clima político.
A montar un reality show en directo para todos los medios. Nada ha sido casual. Hasta la escalerilla del avión estaba colocada en lugar estratégico para que la captaran todas las cámaras. El empresario y amigo Pedro Campos ha atendido a todos los periodistas como portavoz y el coche se ha parado ante la prensa para que lo podamos ver y escuchar perfectamente durante estos días.
Ni un ápice de arrepentimiento. “¿Explicaciones de qué?”. Y venga de carcajadas. El rey Juan Carlos I ha querido mandar el mensaje de pulso y de auténtico desafío a la propia Zarzuela y a La Moncloa. La visita no ha cumplido los parámetros marcados por Felipe VI, que quiere una institución con mayor transparencia y acorde a los tiempos que corren.
A montar un reality show en directo para todos los medios. Nada ha sido casual. Hasta la escalerilla del avión estaba colocada en lugar estratégico para que la captaran todas las cámaras. El empresario y amigo Pedro Campos ha atendido a todos los periodistas como portavoz y el coche se ha parado ante la prensa para que lo podamos ver y escuchar perfectamente durante estos días.
Ni un ápice de arrepentimiento. “¿Explicaciones de qué?”. Y venga de carcajadas. El rey Juan Carlos I ha querido mandar el mensaje de pulso y de auténtico desafío a la propia Zarzuela y a La Moncloa. La visita no ha cumplido los parámetros marcados por Felipe VI, que quiere una institución con mayor transparencia y acorde a los tiempos que corren.
huffingtonpost.es/entry/rey-juan-carlos_es
La visita del rey también ha puesto en primera fila otro de los grandes temas no abordados: la inviolabilidad del rey y la necesidad domocrática de ajustar ese beneficio sólo a actos correspondientes a su función como jefe del Estado. Parece mentira que haya partidos políticos opuestos a cambiarlo.