Es una vergüenza la deslealtad de Ferrovial con España
y es una vergüenza mayor aun que el PP muestre por ello
una satisfacción contenida y una "risita mal disimulada",
y aproveche para culpar al Gobierno progresista
en lugar de denunciar la vergonzosa ausencia
de una armonización fiscal europea
que impida estas prácticas piratas.