en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

jueves, 16 de marzo de 2023

El Cid y el grupo Wagner.
Dos grupos mercenarios con 1000 años de diferencia.
Si las guerras ya eran asquerosas de por sí, ahora,
con mercenarios "legales", no pueden resultar ser más repelentes.


 Pese a su leyenda posterior como héroe nacional o cruzado en favor de la Reconquista, Rodrigo Díaz de Vivar se puso a lo largo de su vida a las órdenes de diferentes caudillos, tanto cristianos como musulmanes. 

En realidad, luchó en su propio beneficio, convirtiéndose en lo que algunos autores definen como un mercenario. Fue un soldado profesional que prestó sus servicios y los de su ejército privado, a cambio de una paga. 

No luchaba por ideales y banderas. No.
Luchaba "simplemente" a cambio de dinero
y a favor de quien más le pagase, una vez unos reinos,
otras veces, los contrarios. Así de fácil.



El grupo Wagner, el famoso grupo de mercenarios ruso, un apoyo entre las sombras, que tiene estrechos vínculos con el presidente Vladimir Putin y se ha utilizado en zonas de conflicto de todo el mundo, amplía su presencia en Ucrania
.
Esta fuerza paramilitar privada resulta crucial para un Ejército invasor debilitado y ansioso por mostrar ganancias en el frente de batalla.

Se trata de una fuerza paramilitar privada rusa que opera como una rama independiente del Estado, y que ha resultado crucial en la expansión de la influencia de Moscú durante conflictos en distintos países, principalmente en África, aunque también en Siria.



¿Y si a Putin se le acaba el dinero? ¿Y si otros les pagan más?
Si las guerras ya eran asquerosas de por sí, ahora,
con mercenarios "legales", no pueden resultar ser más repelentes.