Se demostró una vez más que las elecciones generales no tienen nada que ver con las municipales o las autonómicas. Y el panorama que se abre ahora es inquietante e incierto porque va a poner en cuestión todos los fundamentos políticos e institucionales en España.
A Alberto Núñez Feijóo de nada le sirvieron sus cuatro mayorías absolutas en Galicia. Fraga también las obtuvo, cuando en España no rascaba bola. Tampoco le sirvieron encabezar muchas encuestas de medios de comunicación de derechas que animaban a votar al presunto ganador.
Sin duda, estas elecciones fueron una decepción muy grande para Feijóo y su liderazgo se debilita considerablemente, fundamentalmente entre sus sombras. La imagen vale más que mil palabras.