La idea es hablar del blanqueamiento de la extrema derecha que se ha ido desarrollando en las últimas décadas. Es un comentario irónico de que habría que limpiar todo el sustrato ideológico que está ensombreciendo tanto a las democracias occidentales como a los países herederos del Bloque de Acero, incluso las polémicas suramericanas.
El punto de partida de su propuesta es la tradición de fabricar platos conmemorativos de presidentes, reyes y otras personalidades políticas arraigada en Estados Unidos.
El lavado de cara tiene importancia en España, se lleva desarrollando desde la Transición y es el que ha permitido que hoy tengamos una extrema derecha muy potente.
no pueden aplicar en 2025 a la actual situación geopolítica mundial
un discurso antimilitarista en los mismos términos que hace cuatro décadas.
El rechazo a la OTAN no tiene hoy el mismo significado que en 1986