Las izquierdas no socialdemócratas europeas
no pueden aplicar en 2025 a la actual situación geopolítica mundial
un discurso antimilitarista en los mismos términos que hace cuatro décadas.
El rechazo a la OTAN no tiene hoy el mismo significado que en 1986

jueves, 6 de marzo de 2025

Gastar en armas, pero bien.

 ¿Hay que apoyar a Ucrania?
Al pueblo ucraniano, sí, a su presidente, no es imprescindible.

¿Hay que sustituir el armamento que el nuevo agente de Moscú radicado en Washington ya no le enviará?
Si, porque es lo mínimo necesario.

¿Hay que incrementar el gasto europeo en defensa?
Que nos expliquen bien para qué. Si es para fabricar un solo tipo de tanques, como hace Estados Unidos, en vez de desperdigarse en doce marcas, hasta se podría ahorrar.

¿Cómo gastar?
Lo imprescindible, pero ni un euro sin justificar, como siempre exigen los frugales reaccionarios cuando se trata de gasto social.

¿En qué gastar?
En aviones de combate franceses, en tanques Leopard alemanes, en espionaje y misiles británicos, en fragatas españolas, en satélites europeos.

¿En qué no gastar?
En armas del país que traiciona al mundo libre y se vende a la dictadura de Putin. Ni un solo F-35 más. Ni un solo satélite Starlink, esos de Elon Musk para espiarnos a nosotros.
Ya no queremos ni una sola cuchara de la vajilla de la Casa Blanca.
Hasta que se civilice.