Una de las “señas de identidad” de una gran parte de la izquierda durante todo el siglo XX ha sido OTAN-NO, la denuncia de las atrocidades cometidas por los gobiernos de EE.UU a lo largo del mundo y de la dependencia militar y geoestratégica de los EE.UU. que duraba desde el final de la II Guerra Mundial.
El mundo ha cambiado de manera abrupta, siendo la UE y toda Europa por extensión, la que vive la nueva situación de manera “desquiciada” y una gran parte de la izquierda atada a una de sus “señas de identidad” sin dar respuesta a la gran pregunta que en todas las cancillerías europeas se mantiene en estos días:
¿Qué haremos si Trump nos deja solos?
Es evidente que no eres independiente en general, como persona o como colectivo, si no eres creíblemente autónomo en tu seguridad y defensa.
Es obvio que la seguridad es un concepto más amplio que la defensa, y sobre todo hoy no depende sólo de las armas, pero también de las armas.
Los repugnantes machos alfa de la Casa Blanca acabarán a bofetadas.
Es lo que pasa cuando la masa muscular predomina sobre la masa encefálica.
domingo, 9 de marzo de 2025
Hacer de la necesidad virtud. O ...
Aprobechar las oportunidades inesperadas.
A Putin y Trump les une, aparte del reparto de Ucrania, la animadversión a los valores europeos y a que nos unifiquemos de verdad. No hay más que ver cómo intentan que la Unión quede marginada del posible acuerdo sobre Ucrania, es decir, que no pintemos una oblea en el tablero global. De otra parte, tanto uno como otro apoyan a las fuerzas más ultraderechistas del continente, cuyas posiciones son abiertamente antieuropeas, con la finalidad estratégica de hacer volar por los aires el proyecto europeo, desde fuera y desde dentro.
Trump nos ha dado un puñetazo en pleno rostro.
¿Responderemos por fin, “De la necesidad, virtud”?