Cada día tenemos nuevos ejemplos que nos muestran que con dinero y buenas conexiones políticas, la prepotencia puede salir reinante
y si te dicen que lo que quieres hacer es ilegal, que no se puede tirar un edificio histórico, simplemente porque te apetezca aunque sea tuyo, les sonríes, palmadita en la espalda, lo tiras, aguantas estoicamente la primera bronca, se lleva el tema a juicio, pueden pasar años, y al final te cascan una multa de 50.000 euros.
Te rompes las vestiduras por fuera y te descojonas por dentro.
Ahora a construir y a sacar rentabilidad a aquellas cuatro piedras viejas.
antiguas y modernas, de diferentes épocas, situaciones y vivencias mías
que forman parte de mi TOP-99 y que me apetece compartir.
Disfruta con los tuyos, ríete, descansa de lo cotidiano,
recarga energias, y todo a menos de ¿25º?
Nos volvemos a leer en Septiembre.
¡Salud!