De vez en cuando, traslado a mi blog opiniones leídas en otras bitácoras o en artículos de opinión de periódicos on-line con las que coincido. El caso que presento aquí es uno de ellos y os invito a visitar su página. Hoy, la de Enrique Meneses.
Los países del Este de Europa tienen obsesiones particulares. El recuerdo de la URSS sigue siendo una pesadilla para los que estuvieron bajo su férula. Como vasos comunicantes, EE.UU. fue siempre la Tierra Prometida. Esto hace que los países del área considerada estén siempre haciendo méritos para ser los preferidos de Washington. Cualquier cosa que les pida el Imperio es una ocasión para demostrarle su lealtad. Llamaba la atención, que un país como Georgia, tuviese 2.000 soldados en Irak, luchando junto a EE.UU., más que los españoles en tiempos de Aznar, y eso que esta nación caucasiana, desgajada de la URSS, solo tiene 4.661.473 habitantes y 69.500 km2 de extensión.
Ofrecer sus territorios para instalar cárceles secretas, radares, lanzaderas anti-misiles y peticiones de entrada en la OTAN, son otros tantos gestos para obtener, a cualquier precio, un serio compromiso de los americanos para defenderlos del imperialismo ruso. Uno de los errores de Georgia, que señala Mijahil Gorbachev en el Washington Post, fue anular en 1991 la autonomía de Osetia del Sur, dejando un problema enquistado que iba a revelarse ahora: su deseo de independencia o unión con Osetia del Norte. Por su lado, la Federación Rusa ya ha protestado, por boca de Putin, de que los EE.UU. están favoreciendo todo tipo de gestos anti-rusos de sus antiguos territorios o aliados. Ha sido un golpe asestado al imprudente Mikhail Saakashvili, al que hemos visto asustarse ante la posible intervención de un avión ruso en el cielo y protegerse con el escudo humano de sus guardaespaldas. Mientras, los tanques rusos avanzaban sobre Gori, a 60 km de la capital Tbilisi.
Las últimas noticias, cuando Sarkozy y Koutchner intentaban forzar un alto el fuego, señalan la retirada rusa ordenada por el Presidente Dimitri A. Medvedev. a los europeos. El Primer Ministro Putin, antiguo miembro del KGB, conoce muy bien las reacciones de Europa ante los actos de fuerza de Moscú. Desde Praga 1948 y Budapest 1956, los tanques rusos traen muy malos recuerdos. Por su parte, Georgianos y ucranios deberían pensar en los 2.000 muertos que se han producido en 5 días y que George W.Bush está dedicado a hacer turismo, dar palmaditas en el trasero de las americanitas del volley-playa y se encuentra a tres meses y medio de las elecciones que le jubilaran, sin posibilidad de tomar decisiones mientras tanto, salvo que sean meras condenas verbales.