En este país hay demasiada gente que lleva pistola.
Por un lado, los asesinos y los que se situan voluntariamente al margen de la ley. Por otro, están los cuerpos de seguridad que, periódicamente, salen a la luz con demasiados descerebrados entre ellos, dispuestos a sacarla por cualquier estupidez, demostrando reiteradamente que algunos parecen que se han ganado el puesto en una rifa, o algo peor.
El país ha sufrido una demanda de pistoleros difícil de cubrir entre los habituales del sector. Cierto. Pero de ahí, a poner a cualquier imbécil en labores y con instrumental para lo que está claramente incapacitado va un largo trecho. Entre asesinos, policías y gilipollas va a resultar necesario darle una vuelta al permiso de armas concedido con tanta generosidad. Mas de uno de los que actualmente tienen licencia no deberían de renovar permiso ni para la de agua.