El consejero de Justicia y secretario general de EA anunció a principios de semana una campaña propia de su partido y diferenciada de sus socios de gobierno en organismos comunitarios para denunciar la «ínfima calidad» de la democracia española, una campaña que se presume diferenciada y con notables "matices" que marcaran las distintas respuestas de cada uno de los tres partidos que apoyan al actual gobierno y motivada, entre otras razones, por la adscripción de las fuerzas del tripartito a diferentes grupos en la Eurocámara.
Insistir en el «déficit democrático del Estado español», al que acusarán de negar a los ciudadanos vascos la posibilidad de «expresar su opinión», es lo más consecuente que EA puede hacer a partir de la segunda quincena de septiembre, pero creo que al PNV le interesa desmarcarse cuanto antes de esa estrategia que todos sabemos conduce a un callejón sin salida.
Los que quieran darse contra la pared, ya saben cual es el camino, los que no estamos interesados en golpes innecesarios y gratuitos también deberíamos reconocer que sortear un obstáculo no es ni de cobardes ni de traidores, sino de personas con más recursos que aquellos obstinados en vender una innecesaria frustración.