Comentaba hace unos días Joseba Arregi en la prensa sobre la cuestión de la transversalidad, eso de lo que algunos llevamos mucho tiempo hablando pero que no siempre todos estamos hablando de lo mismo cuando lo hacemos, y sobre la cuestión de la estabilidad institucional, algo de lo que todos los partidos que gobiernan, o aspiran a hacerlo, dicen que es su objetivo a conseguir o a mantener. Artículo de recomendable lectura para una posterior tertulia.
Y venía a decir que esta estabilidad debe de estar basada en el consenso interpartidario que surge con la Constitución y el Estatuto, sus dos bases políticas mas importantes, e implica poner de manifiesto cuál es o cuál debe ser la raíz de la estabilidad institucional vasca: el respeto y la lealtad al pacto fundacional que es el Estatuto, fruto de la transversalidad que importa en la sociedad vasca.
Tenemos muchas viejas heridas sin cerrar y muchas batallas importantes que no podemos dejar indefinidamente de lado, y que tenemos que acometerlas mas pronto que tarde, pero no lo podremos hacer sin previamente reconocer públicamente que aceptamos asentarnos en los dos pilares básicos.
Y a quien más le cueste reconocerlos, peor para él, porque la realidad es tozuda, y como decía aquella: "En esta casa se jode a las diez. Estés o no estés."