No seré yo quien opine que con convocatorias como la del pasado sábado, el PNV lo que está haciendo, lo que está demostrándonos día a día es su claro deseo de "subirse al monte", con todo lo que ésto lleva de connotación negativa dentro de los ambientes políticos en las sociedades democráticas como la nuestra.
Si es cierto, sin embargo, que todas las fotos aparecidas este fin de semana, llevaban en el pie de cada una de ellas, para bien o para mal, una referencia a la tan manoseada frasecita, y es que, hay que reconocerlo, se lo hemos puesto "a huevo".
Sabemos con qué elementos nos enfrentamos, o por matizar un poquito, con qué partidos nos toca confrontarnos políticamente en los diferentes foros políticos, y de qué pie cojea cada uno.
Sabemos que vivimos una situación especial y que cualquier gesto puede ser interpretado como un signo evidente de lo que no lo es en realidad pero, dicho y repetiro hasta la saciedad, y apoyado por fotos, puede convencer a mas de un "despistado".
Sabemos de la importancia que tiene que nuestros votantes esten seguros de que no se ha ido al Gorbea contra nadie, ni como provocación de nada, tal como señaló Iñigo, y que siempre hemos desarrollado nuestra labor «armada exclusivamente por la voluntad del respeto a todas las ideas», porque «no hay patria, ni religión, ni proyecto vital que justifique la muerte».
Y desde luego comparto, como no, los valores que en opinión de muchos vascos y vascas, me atrevería a decir que de la gran mayoría de ellos, representa la ikurriña: "Rojo de pasión y de libertad. Verde de esperanza, de desarrollo y de confianza en nuestra gente. Y blanco de paz y de respeto.
(La foto es de Pradip J. Phanse, de EL PAÍS)
