Hoy una "mani" recorrerá las calles de Bilbao a favor de la legalización de la última sigla que ha presentado el sector de la izquierda abertzale actualmente ilegalizado y que se niega a condenar la violencia de ETA de sus últimas décadas.
Mikel Garcia Maiza nos recuerda en la blogosfera que hace ya unos cuantos años esa izquierda radical nos enseño que tenia especial habilidad para saltarse a la torera los requisitos legales para poder lograr sus propósitos.
En aquellos tiempos, la izquierda radical se presentaba a las elecciones a las cortes españolas, y a la hora de jurar y acatar la constitución para acceder a los escaños para los que habían sido elegidos, utilizaban el mensaje de “por imperativo legal”.
Era una forma de comunicar a todos sus partidarios, que la única razón por la que acataban la constitución, era por la necesidad legal de hacerlo, un requisito indispensable para poder estar en las cortes españolas. Posteriormente esa actitud la extendió a otras instituciones.
Hoy en día, esa misma izquierda radical hace lo mismo con Sortu y sus estatutos, cumple los requisitos legales que la ley de partidos le impone para alcanzar el objetivo de "estar".
Por todo ello, y hasta que por su propia iniciativa, sin que nadie tenga que sugerirles nada, no sean capaces de condenar la violencia de ETA durante estas décadas de democracia no creo que puedan contar conmigo ni para recogida de firmas ni para desfiles reivindicativos.
Y teniendo en cuenta que desde el nacionalismo democrático se es consciente de que Sortu y sus estatutos son simplemente "por imperativo legal", muchas de las afirmaciones que se les ha oído en los últimos días a algunos de los dirigentes del PNV son, cuando menos, preocupantes.
Era una forma de comunicar a todos sus partidarios, que la única razón por la que acataban la constitución, era por la necesidad legal de hacerlo, un requisito indispensable para poder estar en las cortes españolas. Posteriormente esa actitud la extendió a otras instituciones.
Hoy en día, esa misma izquierda radical hace lo mismo con Sortu y sus estatutos, cumple los requisitos legales que la ley de partidos le impone para alcanzar el objetivo de "estar".
Por todo ello, y hasta que por su propia iniciativa, sin que nadie tenga que sugerirles nada, no sean capaces de condenar la violencia de ETA durante estas décadas de democracia no creo que puedan contar conmigo ni para recogida de firmas ni para desfiles reivindicativos.
Y teniendo en cuenta que desde el nacionalismo democrático se es consciente de que Sortu y sus estatutos son simplemente "por imperativo legal", muchas de las afirmaciones que se les ha oído en los últimos días a algunos de los dirigentes del PNV son, cuando menos, preocupantes.