De Haramburu Altuna en GERO (El Correo) |
Es obvio que algo se ha movido en el mundo de ETA y la concreción de Sortu es su mejor exponente. Hay razones para la esperanza y expectativas razonables de que asistimos al comienzo del fin del terrorismo vasco, pero la fría exposición de quienes presentaron a la nueva formación en el Palacio Euskalduna no permite ingenuas credulidades.
Es obvio que la izquierda abertzale ha realizado un acto de atrición, pero esta aún lejos de la contrición que la sociedad vasca demanda. La firmeza democrática del Estado de derecho español ha hecho posible la conversión 'imperfecta' desde el totalitarismo criminal al marco formal de la democracia, pero es lógica la exigencia democrática de una contrición política que requiere de la condena de la violencia De Haramburu Altuna en "Gero" del pasado. Es la condición indispensable que demanda la posible reconciliación democrática de los vascos.
En el alegato de presentación de Sortu que el abogado Iruin pronunció invocó la razón jurídica como único argumento para la legalización de Sortu, soslayando de forma expresa la razón política. Pero es justamente la razón política la que podrá legitimar el regreso de una parte de la sociedad vasca a la común tarea de construir una sociedad reconciliada. Hizo mal Iruin al contraponer la razón jurídica a la razón política pues de nada sirve el ejercicio leguleyo sin la previa voluntad política de abrazar la concordia. Y la concordia requiere de la contrición. Es la deuda que Sortu ha heredado de sus progenitores, la deuda de la verdad histórica.