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martes, 10 de septiembre de 2013

El Alarde y las tradiciones

Dicen los Irundarras y Hondarribitarras que si uno no es de Irún u Hondarribi no pude entender lo que significa el Alarde ni la emoción que se siente al participar en él. 

Y probablemente es cierto, porque visto desde fuera, el Alarde, ya sea el mixto ya sea el machista (me niego a llamarle tradicional), no deja de ser un desfile militar en el que se acaban pegando tiros al aire para regocijo de los allí presentes. 

Vaya pues por delante mi confesión de que no entiendo el Alarde.

Pero lo que sí entiendo es que en un país como el nuestro, tan escrupuloso a la hora de autorizar o desautorizar el uso del espacio público, todos los años se producen dos acontecimientos en los que las mujeres no pueden participar en pie de igualdad con los hombres y que la autoridad competente no tiene reparos en que así sea. 

Este año además, en relación con el Alarde de Hondarribia que se celebró ayer, existía una resolución de la Ertzaintza en la que se le exigía a la compañia Jaizkibel (mixta) que no convirtiera el Alarde en una manifestación (vaya Ud. a saber por qué) y a los defensores del Alarde machista que no se levantaran plásticos negros al paso del mixto. 

Jaizkibel cumplió con su parte pero los y las partidarias del Alarde machista no, sin que ello supusiera movimiento alguno por parte de nadie, ni suspensión del Alarde machista, ni identificación de los que portaban los carteles, algo muy habitual, por otro lado, en otro tipo de usos del espacio público menos del agrado de los gobernantes de turno.

Pero al margen de esta cuestión, lo que año tras año me deja profundamente sorprendido a la par que decepcionado es el altísimo número de mujeres jóvenes que con una virulencia desproporcionada silban, gritan y sostienen en alto la parcarta del "Betiko Alardea" (Alarde tradicional) al paso de la compañía Jaizkibel.
¿Qué es lo que estamos haciendo mal para que mujeres jóvenes abracen comportamientos machistas de dudosa legalidad al grito de "es que es la tradición"? 

¿Qué se les está transmitiendo en las escuelas, en sus casas, en los medios de comunicación, en sus centros de ocio a estas mujeres? 

Creo que las instituciones, la ciudadanía en general y las personas que luchan por la igualdad en particular, deberíamos hacer una profunda reflexión sobre porqué en determinados ámbitos y en relación a las políticas de igualdad se está yendo hacia atrás en lugar de ir hacia adelante y qué tenemos que cambiar para que eso no siga ocurriendo.