en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 9 de septiembre de 2013

La comisión de paz no puede seguir avanzando. Es el momento de decir basta. No hay prisa. Y sí mucho que perder si nos aceleramos.

Esta semana que comienza volverá a tener en sus titulares de prensa tanto el acuerdo que en mi opinión Euskadi necesita desde hace treinta años, el del PNV - PSE-EE, como el del plan de paz, la comisión parlamentaria y toda su parafernalia. Yo también soy de los que cree que siguen sin darse las condiciones para seguir avanzando. Y Pello Salaburu lo ha explicado muy bien este fin de semana en EL CORREO :

Lo que ha ocurrido este verano, en Pamplona, en Bilbao, en Azpeitia y en varios otros sitios (la prensa no recoge lo que sucede en pueblos pequeños, pero ahí están los programas de fiestas) es una muestra clara de que los de la Izquierda Patriótica siguen en su mundo: queriendo pasar página sin haberla leído antes, dando lecciones de democracia, sin asomo de arrepentimiento, interpretando con sabiduría el sentir del pueblo e impulsando iniciativas inocentes que solo el resto ‘ politiza’, porque ellos están, faltaría más, por encima de esas tonterías. 

Ya lo ven, viejas costumbres en tiempos nuevos. Ellos se limitan a vivir las fiestas de forma alegre y combativa, pasito a pasito, ante la aquiescencia del resto de partidos que miran a otro lado inventando excusas inverosímiles, en lugar de coger el toro por los cuernos. Por la paz un avemaría, no hemos aprendido mucho. Soy absolutamente contrario a la existencia de la Delegación del Gobierno (¿no estamos contra las duplicidades? ¿A qué esperamos?), pero solo el delegado ha sido capaz de poner un poco de juicio en esto.

Pues bien: es el momento de decir basta, así no hay plan de paz que pueda funcionar. Si quienes van a resultar los más beneficiados creen que el plan favorece más a los demás que a ellos mismos, no hay mucho que hacer. Que pase el tiempo, no hay prisa, es la izquierda patriótica la que más tiene que perder. Los demás estamos en la situación que reclamaba la pancarta que colgaba en las instituciones hasta hace poco: "Bakea behar dugu". Los políticos harían bien en dedicar su tiempo a otras prioridades. Así que tranquilidad, sin prisas, no tenemos nada que ganar –y sí mucho que perder– si seguimos en este plan. Cabecear contra un muro provoca ansiedad.