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domingo, 1 de septiembre de 2013

“Eppur si muove” (y, sin embargo, se mueve)

El Papa Francisco ha nombrado al actual nuncio en Venezuela, el italiano Pietro Parolin, de 58 años, como nuevo secretario de Estado vaticano. Con su decisión, el Papa ha puesto fin a toda una era, la del todopoderoso y controvertido Tarcisio Bertone, antecesor en el cargo y que fuera mano derecha de Benedicto XVI.  Se trata de la Santa Sede de la Iglesia católica, “eppur si muove” (y, sin embargo, se mueve).

El nombramiento de Parolin ha sido confirmado por el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano y será efectivo a partir del 15 de octubre.

Bertone, de 78 años, había quedado salpicado por el escándalo de las filtraciones de los documentos vaticanos (el llamado Vatileaks), con cartas como la que envió el nuncio en EEUU y ex secretario general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano (Gobierno que gestiona este Estado), Carlo María Viganó, en las que se denunciaba la “corrupción, prevaricación y mala gestión” en la administración vaticana, y en las que también se acusaba a Bertone de mala gestión y de abuso de poder.


El actual Papa cumple con la tradición de sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI, de que un Papa no italiano nombra a un italiano como Secretario de Estado. Es decir, no se ha salido ni un ápice de la tradición vaticana y sin embargo son muchos los que ven "movimiento" en todas estas nuevas decisiones papales. Lo que está por ver es si este "movimiento", innegable por otra parte, sirve para que cambiando algo no cambie nada, es decir, viene a ser más bien una acción fútil, que nos lleva al mismo sitio que al principio, con lo cual, nunca mejor dicho, han "hecho un pan como unas hostias".