El Lazarillo de Tormes es una novela española anónima, publicada en 1554, en la que se cuenta de forma autobiográfica la vida de un niño, Lázaro de Tormes, desde su nacimiento y mísera infancia hasta su matrimonio, ya en la edad adulta.
Es considerada precursora de la novela picaresca por elementos como el realismo, la narración en primera persona, la estructura itinerante, el servicio a varios amos y la ideología moralizante y pesimista. Es una muestra de la sociedad del momento, de la que se muestran sus vicios y actitudes hipócritas, sobre todo las de los clérigos y religiosos.
Ayer domingo tuve la oportunidad de asistir a la representación de 'El Lazarillo de Tormes', por Rafael Álvarez, El Brujo, en el Teatro Euskalduna, y salí gratamente impresionado por el pedazo de artista que es Rafael.
Es una de las obras que nunca falta en su calendario de representaciones y la ha presentado en múltiples escenarios a lo largo de toda la geografía española.
El Brujo disfruta en esta obra llevándonos a la época del Lazarillo, a los desequilibrios existentes entre el mundo oficial de la Corte y el hambre real del pueblo. Algo que puede parecer muy lejano, pero que los políticos, la ambición y el poder, hacen que sea de la mayor actualidad. Tan pronto está el pícaro Lazarillo contándonos sus andanzas con el ciego, como pícaro El Brujo contándonos los problemas del IVA, imitándole a Rajoy, hablando de "la Cospedal" o de los innumerables problemas que hoy en día tiene el Teatro.
Un monólogo en el que Rafael Álvarez se gana al público desde el primer momento, con ironía y con humor, haciéndole que se identifique en todo momento con el personaje pícaro de El Lazarillo.