Y va Bergoglio, el Papa argentino, asomándose a la ventana del tercer piso del Palacio Apostolico vaticano, y dice, con dos huevos, como si la organización religiosa que dirige estuviese también nimimamente abierta al "otro" sexo:
"Un mundo en el que las mujeres son marginadas es un mundo estéril porque las mujeres no solo dan la vida ... sino que tienen la capacidad de entender el mundo con otros ojos y de sentir las cosas con corazón más creativo, más paciente y tierno".
Ya le tenía fichado como dirigente de grandes palabras aunque poco acordes a su entorno y su realidad cotidiana, pero estas, además de corroborar mi tesis, pueden hacer pensar que intenta tomarnos el pelo y, la verdad, Patxi, nos quedo poco.