Ignacio González, dos hipótesis:
1.- Ignacio González dice la verdad. Esto significaría que en el Cuerpo Nacional de Policía hay todavía más indeseables de los que muchos ya pensaban.
2.- Ignacio González miente. Esto significaría que con tal de salvar su pescuezo político al presidente de la Comunidad de Madrid ya no le basta con mentir a la ciudadanía como ya de hecho ha mentido en múltiples ocasiones; ahora, además, salpica porquería al Cuerpo Nacional de Policía y no le importa arruinar la carrera de profesionales inocentes.
Por otro lado, a estas dos hipótesis tenemos una serie de elementos comunes que aplican a cualquier de las dos:
1. Rajoy es un cobarde. Sólo hay dos opciones, un político corrupto o policías corruptos (con a su vez otros políticos corruptos detrás)… Mal asunto que, como cabía esperar de un presidente que siempre huye de los problemas, sobrepasa el entendimiento y la capacidad de reacción de Rajoy.
2. Esperanza Aguirre calla… ¿otorga? Su delfín y otro de los presuntos corruptos en los que confió la presidenta del PP madrileño parece haber salido rana. Otro más en la lista. Un dato que no sólo podría truncar con la candidatura de González sino con la de la propia Aguirre, que a este paso no dará abasto para ir a las cárceles a visitar a sus amigos.
3. Cristina Cifuentes elige. La delegada del Gobierno en Madrid, sobre cuyos hombros descansan las acusaciones vertidas contra el comisario Villarejo, guarda silencio y no da la cara por él. Es más, de apoyar, apoya antes a González que a su comisario, lo que debería tener una clara lectura para el resto de Cuerpo Nacional de Policía.
4. Jorge Fernández Díaz reza. El ministro del Interior no debe ganar para rosarios. Con el juicio de El Tarajal en marcha, el asunto de Madrid le debe de parecer una nimiedad. Si el PP perdiera las elecciones, presionará cuanto pueda para que por los servicios prestados como azote del pueblo y señor de las represión, le manden al Vaticano como embajador. Sería su retiro ideal.